Nociones básicas de composición gráfica
Català (ETSAV-UPC)
Contenido:

 

Introducción

Representamos los edificios a partir de proyecciones, generalmente plantas, alzados, secciones, axonometrías, perspectivas,... Cada una de estas proyecciones es un fragmento, parte de una información filtrada del edificio o del proyecto, y hay que superponer esta información para poder entender el edificio en su globalidad. Al ser información fragmentada, cada una de estas proyecciones deja partes sin concretar, aspectos de comprensión ambigua o incógnitas, que se deben aclarar con el análisis de otras proyecciones. Por lo tanto, es necesario relacionar, contrastar y consultar al mismo tiempo diferentes proyecciones de un mismo edificio para entender correctamente su forma.

La forma en que estas proyecciones se ordenan y relacionan dentro de una misma lámina o el orden que se sigue en las diferentes láminas, puede facilitar o dificultar la lectura de los dibujos y, por tanto, la comprensión del proyecto. En un nivel más avanzado, esta ordenación puede condicionar o favorecer una determinada comprensión del proyecto, en función de la importancia relativa que se dé a cada proyección (tamaño, "peso" gráfico, ...) y en cómo éstas se relacionen entre sí . Llegados a este punto, esta ordenación no es simplemente una distribución de las proyecciones en el espacio de la lámina sino lo que llamamos COMPOSICIÓN GRÁFICA.

Básicamente podemos entender la COMPOSICIÓN como el resultado de organizar los elementos que forman el conjunto de la comunicación (las proyecciones), con el fin de obtener un efecto. Componer es ORGANIZAR para conseguir este efecto, que debe ser el de reforzar o mejorar la comprensión del proyecto o del espacio representado.

No hay normas objetivas para conseguir una buena composición. Dependerá de que se hayan valorado adecuadamente las proyecciones (dando más énfasis a las principales), que se hayan agrupado y relacionado convenientemente, que la información que se dé sea la necesaria para el objetivo que se busca (evitando tanto el exceso como la carencia), que el conjunto esté equilibrado y que tanto el conjunto como las partes tengan un carácter unitario. Pero finalmente, la bondad de la composición dependerá del efecto que tenga en el receptor de los dibujos: de cómo consiga que el proyecto se entienda correctamente. Por ello, la razón que regula la composición es más un CRITERIO GRÁFICO que no una norma objetiva: un conocimiento conseguido mediante el análisis de casos concretos, de la experiencia.

 

Composición elemental

   

Esta es la composición más elemental: dos proyecciones con la misma orientación y alineadas. Colocadas de esta manera, es más fácil relacionarlas y se mejora la comprensión de cada una de ellas: la planta permite entender mejor el alzado y el alzado completa la información que la planta no da. Consecuentemente, esta composición ayuda a entender mejor la forma que ambas representan.

De acuerdo con la convención del sistema diédrico, el alzado se ha colocado encima de la planta y ésta se ha orientado de manera que la cara inferior corresponde con el alzado que se muestra. No obstante, en cuanto a la lectura de ambas proyecciones, es indiferente si el alzado se coloca debajo de la planta.

La dificultad de la composición puede variar en función de la cantidad y diversidad de proyecciones, de sus medidas y del formato del "papel" a utilizar. Aunque no se pueden dar reglas absolutas, que sean aplicables a todos los casos, la experiencia permite extraer ciertas constantes básicas que conviene tener en cuenta. Estas constantes tienen una razón lógica, que fácilmente se puede entender. Vemos ahora algunos de estos casos.

 

 

Orientaciones y alineaciones

Conviene que, además de estar representadas a la misma escala, las diferentes proyecciones tengan la misma orientación y que estén correctamente alineadas.

Con estas condiciones, DIFERENTES PLANTAS pueden estar alineadas horizontal o verticalmente.

En cualquiera de las opciones conviene que se ordenen correlativamente, ya sea en sentido creciente como decreciente. En este caso se han ordenado con la baja a la izquireda y la más alta a la derecha.
 

   

En este ejemplo de disposición vertical, la colocación de las plantas ha respetado la ordenación que tienen en el espacio: la superior arriba y la inferior hacia abajo, con el objetivo de mejorar su lectura. Evidentemente, si no hay una razón que lo justifique, convendrá que todas tenga la misma escala.

 

 

LA PLANTA Y EL ALZADO conviene que estén orientados verticalmente, como en el ejemplo inicial de la composición elemental.

En función de la cantidad y variedad de las proyecciones que intervengan en la composición, estas condiciones básicas no siempre se podrán mantener por completo. En el ejemplo siguiente, con tres plantas dispuestas horizontalmente y un alzado, esta condición no se podía cumplir para todas ellas y el alzado se ha colocado alineado con una de las plantas que, para mantener la simetría del conjunto, es la del medio.

Si en un caso como el siguiente, se han de componer una planta y cuatro alzados se puede optar por una solución como la que se muestra, en la que los alzados se colocan alineados y orientados con el lado correspondiente de la planta, girándolos para poderlos relacionar con la planta.

Es una solución correcta, de acuerdo con las normas de la composición diédrica, pero plantea alguna dificultad de lectura, especialmente en el alzado posterior, que se ve boca abajo.

Si el caso se complica y tenemos que componer los cuatro alzados con las tres plantas, podemos optar por una solución como la siguiente, en que tan sólo uno de los alzados queda alineado con todas las plantas y los alzados se distribuyen horizontalmente y correlativamente.

Todo esto se puede aplicar a la relación PLANTA - SECCIÓN, en que para la correcta lectura de ambas también conviene que estén orientadas verticalmente.

    Este sería un ejemplo de composición de una planta y dos secciones.
       
   

Y esta podría ser una composición con tres plantas y dos secciones.

Como en los casos anteriores de composición entre plantas y alzados, si la lectura de la sección girada pudiera resultar incómoda, se podría optar por una distribución horizontal de las secciones, colocadas verticalmente, en la que sólo una de ellas estuviera orientada con todas las plantas.

 

Formato del soporte y escala de reproducción

Pero esta ordenación deberá ajustarse dentro de un formato de papel que tendrá unas medidas concretas y las proyecciones tendrán una escala determinada, de acuerdo con la información y el grado de detalle que contienen. Si se parte de una ordenasión fija de las proyecciones, las dimensiones de este formato pueden hacer que la escala de reproducción sea excesivamente grande (que aparezcan demasiado reducidas). En este caso habrá que optar por composiciones más compactas, adaptadas al formato, renunciando a alguno de los criterios que se han expuesto, o bien optar por distribuirlas en diferentes láminas.

Como ejemplo de ello, la siguiente es la composición que hizo el autor del proyecto para describir gráficamente el proyecto en una revista.

Se puede ver que eligió una composición compacta para que las proyecciones fueran más grandes y las agrupó para evitar confusiones y hacer más clara la exposición. Distribuyó 9 proyecciones en una tabla de 3 filas y 3 columnas. La fila horizontal del medio colocó las tres plantas, ordenadas en sentir creciente. En la inferior colocó tres alzados, de los que sólo el central coincide correctamente con la planta superior y los laterales se pueden leer como continuación de éste, como si se hubieran desplegado simétricamente en ambos ladoss. En la fila superior distribuyó dos secciones y un alzado (el de la fachada posterior que faltaba), que colocó boca arriba. Una de estas secciones, la derecha, queda alineada correctamente con la planta inferior. Inevitablemente, no se pudo conservar en todos los casos la correcta alineación y coordinación que se pedía al principio, pero el resultado es una composición visualmente ordenada y simétrica que facilita su lectura.

El arquitecto optó por colocar el alzado posterior en la franja superior, en medio, para conservar la simetría de la composición. Inevitablmente, estos últimos alzados no quedan alineados con las plantas, como tampoco queda una de las secciones de la franja superior, pero al fin, .

Sin embargo, sorprende el alzado posterior, que el arquitecto ha colocado en la franja superior, no quede alineado horizontalmente con las secciones ya que esto dificulta su comprensión. Una solución más correcta podría ser la siguiente.

En esta solución, sin embargo, ha quedado un espacio en blanco (vacío) entre este alzado y la planta. Posiblemente el arquitecto prefirió sacrificar la alineación para mantener la imagen más compacta.

Composición con axonimetrías

Hemos visto que la axonometría es un tipo de representación que permite mostrar, en una misma imagen, la planta y dos alzados de un volumen elemental y, según el tipo utilizado, alguna de estas proyecciones se puede mostrar casi frontalmente (sin modificar los ángulos). Da información de tres orientaciones diferentes pero de manera imperfecta, con menos claridad que la de una proyección frontal (planta, sección o alzado). Pero en cambio, ofrece una visión de la volumetría del edificio que estas proyecciones son incapaces de dar. Esta es su función y no sustituir a las otras proyecciones, aunque, según sea del objetivo de la comunicación, esto sea posible.

Si la composición pretende explicar correctamente un edificio o un objeto, la axonometría servirá para completar la información de las otras proyecciones, mostrando la volumetría final. Aplicado al caso que estamos viendo, esta sería una opción.

En este caso la axonometría está repitiendo innecesariamente información sobre la planta, sin aportar nada nuevo. Comparada con ella, aporta información sobre los muros y su altura, pero los espacios parecen más pequeños ya que parte de la superficie del suelo queda oculta por los muros. En este caso hubiera sido más útil una axonometría de vista superior, que habría aportado información de la cubierta y de la claraboya.

En cambio, si el objetivo no es tan ambicioso, la axonometría puede bastar para dar una idea aproximada del edificio. Sin embargo, dado que una axonometría no permite ver el interior, convendría completarla con la información de la planta (al menos de la principal) y de la sección (la más representativa), aunque tal vez se podría prescindir de las fachadas .

 
No se aporta una imagen global de la volumetría, las plantas se muestran con la precariedad señalada anteriormente pero, según el objetivo que se busque, la información podría ser suficiente.

(Las proyecciones reproducidas corresponden al proyecto de Mario Botta de una casa unifamiliar en Morbio Superiore, Suiza (1982 a 1983), publicado en GA Houses, 15, pp. 68-77, y Pierluigi Nicolin y François Chaslin, Mario Botta. Construcciones y proyectos 1961-1982, Barcelona, Gustavo Gili, 1984).

 

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© de los textos Francisco Martínez Mindeguía.

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